lunes, 24 de octubre de 2011
Es felicidad.
A veces eres feliz. Tan feliz, que te da incluso miedo ser tan feliz. Me gustaría que hubiese momentos que jamás terminasen. Sería genial verte todos los días, y que todos fueran como aquel. Me gustaría que me quisieses un poquito más, o que esto fuese para siempre. Si pudiera no te soltaría jamás. Pero sé que, como tú dices, algún día nos diremos adiós. Y ambos sabemos que ese día está próximo, aunque cada vez nos amemos más. Hay amores imposibles, o amores cobardes, y nosotros somos la mezcla de ambos. A veces, eres feliz, pero cuando sabes que esa felicidad tiene fecha de caducidad, intentas no subirte mucho a las nubes; porque cuanto más subas, más dolerá la caída.
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