domingo, 20 de febrero de 2011

Habías prometido llamarme esta tarde, para pasar un pedazo de la noche juntos. Ciertos motivos nos impiden quedar más de dos o tres horas a solas, pero no pasa nada, te quiero igual... Ibas a llamarme, pero sigo esperando, te doy un toque, y al rato me llamas y me preguntas si pensaba que ya no ibas a llamar. Dices que si quiero verte ahora, y yo que me da igual que elijas tú. Sabes que me muero de ganas, y quedamos, a escondidas, estamos haciendo algo prohibido. No tenemos más de una hora, y nos la pasamos discutiendo, riendo, haciendo el amor.. Si, sabes que nosotros no follamos, hacemos el amor, aunque te produzca tanta risa decirlo. Me dices que es hora de marcharnos, que me llevas a casa ya... pero no quiero y me enfado. Sabes que aunque estuviésemos todo el día juntos, yo me enfadaría a la hora de marchar. Eres la única persona en este mundo capaz de hacer que me comporte como una completa cría. En el tiempo que estamos juntos, te da tiempo a enfadarme, hacerme reír, y por qué no? Enamorarme un poco más... Nadie nunca me había hecho sentirme así. Vamos en dirección a mi casa. Sabes que estoy enfadada. Conduces despacio. No tienes tiempo, pero después de discutir y gritarme, a pesar de que yo siempre grito más, sabes que ha empeorado mi mal humor, y me propones dar una vuelta por el medio de esa aldea. Te digo que me da igual, que hagas lo que quieras, y alá vamos. Me preguntas si sé donde estamos, cómo no lo voy a saber? Quince días antes, una fiesta, nos escabullimos del jaleo por separado para reunirnos delante de un portal, y allí encontrarnos como dos drogadictos después de un periodo de abstinencia. La última vez que nos vimos antes de hoy. Es allí. Paras el coche, y me preguntas si sé donde estoy. Luego me llevas a casa. Ya no estoy enfadada y lo sabes. Cómo puedes pedirme que no me enamore de ti?

No hay comentarios:

Publicar un comentario