domingo, 27 de febrero de 2011

Ya me has convertido en tu perro faldero.

No, no intentes disculparte, no juegues a insistir. Las excusas ya existían antes de ti. No, no me mires como antes, no hables en plural. La retórica es tu arma más letal. Voy a pedirte que no vuelvas más. Siento que me duelas todavía aquí, adentro. Y que a tu edad sepas bien lo que es romperle el corazón a alguien así. No se puede vivir con tanto veneno.. No se puede dedicar el alma a acumular intentos. Pesa más la rabia que el cemento.



Y lo puto peor, es saber que si vuelves, volveré, o lo que es peor, nunca me habré ido. Solo te pido: si no vas a volver, que sea para siempre.

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